Era 1561 cuando María, Reina de Escocia, visitó por primera vez el castillo de Lochleven a pedido de Sir William Douglas. Poco sabía entonces que en solo seis años regresaría a este mismo castillo, no como invitada, sino como prisionera.

La espiral descendente que llevó a la Reina al Castillo de Lochleven comenzó unos años antes de su encarcelamiento. Su segundo esposo, Lord Darnley, fue asesinado cerca de Edimburgo el febrero del año en que fue encarcelada y Mary misma era, por supuesto, sospechosa del asesinato ya que el matrimonio fue trágico e incluyó a Darnley matando a uno de los buenos amigos varones de Mary frente a ella. de celos Solo tres meses después, en mayo de 1567, Mary se casó con uno de sus asesores cercanos James Earl, el cuarto conde de Bothwell. Este tercer y último matrimonio parecía ser el principio del fin para María, Reina de Escocia, ya que los Señores escoceses protestantes se levantaron en rebelión contra ella y finalmente, María se vio obligada a rendirse en junio del mismo año. Mary fue hecha para ser una adúltera y una asesina para su nación y fue llevada al castillo de Lochleven para ser prisionera por sus "crímenes". Se vio obligada a abdicar en favor de su hijo, James VI.

El Castillo de Lochleven debe haber parecido un lugar lógico para mantener a la Reina, ya que el castillo está en una pequeña isla desierta rodeada por Loch Leven, lo que hace extremadamente difícil para los intrusos llegar al castillo sin ser atrapados. El lago también fue drenado en 1836, lo que significa que cuando Mary se quedó allí, la isla era aún más pequeña de lo que es si la visitaras hoy. Sin embargo, los Señores Protestantes claramente no comprendieron la inteligencia de la Reina junto con la ayuda de su buena amiga de 1561; hijo del dueño del castillo, George Douglas.